martes, 19 de enero de 2010

"¡RENTO TIBURONES BARATOS, COMEN POCO!"
LOS JAPONESES Y EL PESCADO FRESCO

Los japoneses siempre han gustado del pescado fresco. Pero las aguas cercanas a Japón no han tenido muchos peces por décadas.

Así que para alimentar a la población japonesa los barcos pesqueros fueron fabricados más grandes para ir mar adentro. Mientras más lejos iban los pescadores más era el tiempo que les tomaba regresar a entregar el pescado.

Si el viaje tomaba varios días, el pescado ya no estaba fresco. Para resolver el problema, las compañías instalaron congeladores en los barcos pesqueros.

Así podían pescar y poner los pescados en los congeladores. Sin embargo, los japoneses pudieron percibir la diferencia entre el pescado congelado y el fresco, y no les gustó el congelado, que, por lo tanto, se tenía que vender más barato.

Las compañías instalaron entonces en los barcos, tanques para los peces. Podían así pescar los peces, meterlos en los tanques y mantenerlos vivos hasta llegar a la costa.

Pero después de un tiempo los peces dejaban de moverse en el tanque. Estaban aburridos y cansados, aunque vivos. Los consumidores japoneses también notaron la diferencia del sabor porque cuando los peces dejan de moverse por días, pierden el sabor 'fresco-fresco'.

¿Cómo resolvieron el problema las compañías japonesas? ¿Cómo consiguieron traer pescado con sabor de pescado fresco? Si las compañías japonesas te pidieran asesoría, ¿qué les recomendarías? (Mientras piensas en la solución.... Lee lo que sigue):

Tan pronto una persona alcanza sus metas, tales como empezar una nueva empresa, pagar sus deudas, encontrar una pareja maravillosa, o lo que sea, empieza a perder la pasión.. Ya no necesitará esforzarse tanto. Así que sólo se relaja.

Experimentan el mismo problema que las personas que ganan la lotería, o el de quienes heredan mucho dinero y nunca maduran, o de quienes se quedan en casa y enferman de depresión y ansiedad.

Como el problema de los pescadores japoneses, la solución es sencilla. Lo dijo L. Ron Hubbard a principios de los años 50: "Las personas prosperan más cuando hay desafíos en su medio ambiente".

Para mantener el sabor fresco de los peces, las compañías pesqueras ponen a los peces dentro de los tanques en los botes, pero ahora ponen también ¡un TIBURÓN pequeño! Claro que el tiburón se come algunos peces, pero los demás llegan muy, pero muy vivos. ¡Los peces son desafiados! Tienen que nadar durante todo el trayecto dentro del tanque, ¡para mantenerse vivos!

Cuando alcances tus metas proponte otras mayores. Nunca debes crear el éxito para luego acostarte sobre él. Así que, invita un tiburón a tu tanque, y descubre qué tan lejos realmente puedes llegar.


"¡RENTO TIBURONES BARATOS, COMEN POCO!"
como viene...
Si decidieses posponer para más tarde el vivir ciertas alegrías, éstas se evaporarían hasta casi desaparecer, antes de que pudieses llegar siquiera empezar a vivenciarlas. Si dilatases el encarar los problemas dejándolos para más tarde, podrían convertirse en situaciones muchísimo más complicadas que, cuando finalmente decidieses ocuparte de ellas terminarían siendo percibidas como una obligación.
En cambio, vive la vida tal como se va presentando. Ocúpate de los desafíos a medida que van apareciendo, y sumérgete en las alegrías así como llegan a ti.
Si dilatas demasiado el descanso y la relajación, te preocuparás y sentirás que te consumes. Si dilatas demasiado el realizar un esfuerzo, las mejores oportunidades de la vida pasarán de largo frente a ti.
Descansa cuando estés cansado y una vez que estés recuperado ponte nuevamente en marcha. Presta atención al ritmo de la vida, y vívela tal como viene.
Deja de esperar que las cosas mejoren, o resulten más sencillas, más cómodas o más convenientes. Muévete con lo que tienes, aquí y ahora.
Descubre el valor que yace en cada instante, en cada situación a medida que éstas se van presentando y luego, vívelo. Aprovecha la vida al máximo, con cada instante que llega a ti.

Cerrar Ciclos

(Apuntes del 2009)

Hay que saber cuándo una etapa llega a su fin. Cuando insistimos en alargarla más de lo necesario, perdemos la alegría y el sentido de las otras etapas que tenemos que vivir.

Poner fin a un ciclo, cerrar puertas, concluir capítulos... no importa el nombre que le demos, lo importante es dejar en el pasado los momentos de la vida que ya terminaron.

¿Me han despedido del trabajo? ¿Ha terminado una relación? ¿Me he ido de casa de mis papás? ¿Me he ido a vivir a otro país? Esa amistad que tanto cultivé... ¿ha desaparecido sin más?

Puedes pasar mucho tiempo preguntándote por qué ha sucedido algo así. Puedes decirte a ti mismo que no darás un paso más hasta entender por qué motivo esas cosas que eran tan importantes en tu vida, se convirtieron de repente en polvo.

Pero una actitud así supondrá un desgaste inmenso para todos: tu país, tú pareja, tus amigos, tus hijos, tu hermano. Todos ellos estarán cerrando ciclos, pasando página, mirando hacia adelante, explorando nuevos territorios y todos sufrirán al verte paralizado.

Nadie puede estar al mismo tiempo en el presente y en el pasado, ni siquiera al intentar entender lo sucedido. El gastar tiempo pensando en lo que fue o pudo haber sido, solo te aleja de lo que es o puede ser.

El pasado no volverá: no podemos ser eternamente niños, adolescentes tardíos, hijos con sentimientos de culpa o de rencor hacia sus papás, amantes que reviven día y noche su relación con una persona que se fue para no volver.

Todo pasa, y lo mejor que podemos hacer es no volver a ello. Vivir aquí y ahora.

Por eso es tan importante (¡por muy doloroso que sea!) destruir recuerdos, cambiar de casa, donar cosas a los orfanatos, vender o dar nuestros libros. Todo en este mundo visible es una manifestación del mundo invisible, de lo que sucede en nuestro corazón.

Deshacerse de ciertos recuerdos significa también dejar libre un espacio para que otras cosas ocupen su lugar. Solo el vacío genera movimiento, el agua estancada se pudre, déjate fluir.

Dejar para siempre. Soltar. Desprenderse. Nadie en esta vida juega con cartas marcadas. Lo importante es como jugamos las que nos tacaron. No esperes que te devuelvan lo que has dado, no esperes que reconozcan tu esfuerzo, que descubran tu genio, que entiendan tu amor. Se tu y déjate fluir, sigue hacia delante, viviendo un día a la vez.

Deja de encender tu televisión emocional y ver siempre la misma telenovela, en la que se muestra cómo has sufrido con determinada pérdida: eso no hace sino envenenarte.

Nada hay más peligroso que las rupturas amorosas que no aceptamos, las promesas de empleo que no tienen fecha de inicio, las decisiones siempre pospuestas en espera del "momento ideal". “No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás existió.” J. Sabina.

Antes de comenzar un nuevo capítulo, hay que terminar el anterior: repítete a ti mismo que lo pasado no volverá jamás. Recuerda que hubo una época en que podías vivir sin aquello, sin aquella persona, que no hay nada insustituible, que un hábito no es una necesidad. Puede parecer obvio, puede que sea difícil, pero es muy importante.

Cerrar ciclos. No por orgullo, ni por incapacidad, ni por soberbia, sino porque, sencillamente, aquello ya no encaja en tu vida.

Por lo tanto, cierra la puerta, cambia el disco, limpia la casa, limpia los cajones, abre las cortinas, sacude el polvo.

DEJA DE SER QUIEN ERAS... HAZ HOY ALGO DIFERENTE PARA ALIMENTAR TUS SUEÑOS Y… TRANSFÓRMATE EN EL QUE PUEDES Y DEBES LLEGAR A SER.

(Adaptado de anotaciones de Paulo Coelho y Iciar Piera I.)