El segundo hábito es la creación primera o mental.
Se basa en la imaginación (la capacidad de visualizar, para ver lo potencial,
para crear con nuestras mentes lo que en el presente no podemos
ver con nuestros ojos) y en la conciencia moral (que es la capacidad
para detectar nuestra propia singularidad y las directrices personales,
morales y éticas que nos permiten llevarla felizmente a cabo).
Supone el contacto profundo con nuestros paradigmas y
valores básicos y la visión de aquello en lo que podemos y
debemos convertirnos.
El tercer hábito es la segunda creación, la creación física.
Es la realización, la actualización, la aparición natural del primero y
el segundo hábito.
Es el ejercicio de la voluntad independiente, es la puesta en práctica incesante momento a momento.
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